Para viajar a otros países sin necesidad de pasaporte ni visas, tuve la oportunidad de conocer “Moros y Cristianos”, un restaurante ubicado en el sector de la Candelaria en la ciudad de Bogotá, con especialidad, como lo indica la bandera en su entrada, en cocina cubana, al entrar lo primero que nota uno es la magnífica adaptación de una casa típica para convertirla en un restaurante de amplia capacidad, haciendo uso de sus habitaciones y solar, además de una agradable decoración con fotografías de la habana clásica.
Pero no se hiso esperar, después de tan agradable recibimiento, un error en el servicio al confundir mi plato de carne, y traerme pollo, retrasando así mi servicio y causando que terminara tiempo después que mi acompañante, error pobremente intentado corregir con un cernido de guayaba un poco soso y sin mayor gusto; al fin con el plato correcto en mi puesto, no demore en darme cuenta que efectivamente era el plato ligero, puesto que venía completamente relleno de frutas y verduras de toda clase sin por lo menos una salsa para cambiar un poco de sabor, convirtiendo la ensalada en monótona y aburrida, sin mayor sorpresa que una que otra fresa escondida, salvo el plato una deliciosa carne bien adobada, con una textura perfecta.
Para finalizar el almuerzo, un error funesto en el servicio en la mesa de al lado, un IVA extrañamente sin aplicar a la cuenta y una factura sin llegar, terminaron por dar un toque jocoso a la reunión; espero una próxima oportunidad y una reivindicación con este restaurante que posiblemente tuvo un mal día.
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